
Idioma y AngelÓpolis
David Hoyos García

Idioma
Una mañana me trajo un rebote
de sílabas sueltas ka, mu, li, xo
en sueños
salgo de la cama
con salto de rana, confuso
con ruidos en el conducto
de mis oídos
y mis venas
sin centro, cenizas en el pecho
sin reposo de las noches en que no estás
las piernas no enredadas
aturdido de flores disecadas
y crisálidas que no se abren
no fecundan
Rebote, con mis pasos antes del café
en un idioma de una sola palabra
dicha al vacío
que enuncia
extrañamiento.
Angelópolis
Para N.Z.
La montaña y sus grietas
y mis ánimos están intactos
por el sueño
y por el deseo
y el recuerdo de un día anterior lleno de cantinas.
No siento el sol en mi rostro
pero mis venas me dan calor
y aunque no alcance nunca punto de fuga
no desfallezco
pienso
que puedo llegar hasta allí
no ahora.
En la cima, paramos para contemplar
extáticos
laguna, yarumos, mirlas, nidos, hongos, grietas
musgo, flores, arañas.
Ella conecta ramas y camino
expande sus brazos
la raíz hacia la estrella
y sonríe,
memoria de un paisaje en línea oblicua
que señala
un mensajero en forma de pájaro
la última cuesta
y el pueblo de los ángeles
y camina con dolorosas rodillas.
Quisiéramos tener alas
o ancas saltarinas
lanzarnos en el azar del vacío
con lecho de bosque
o hacia la lluvia.